Paula González.
Desde la apropiación de este ser y hacer, esta escena domestica recrea simbólicamente ese receptáculo de la intimidad, esa situación posible simbiótica entre objeto-contenedor y sujeto-contenido, la iluminación dramatizante plantea la idea de situación y cuerpo como entelequia, la luz interior es una sugerencia de la presencia de un algo no matérico pero sospechoso. Esta atmósfera es la de una sospecha distendida, oculta e ilusoria, rearmada y reinventada desde la trivialidad.
* Debord Guy, “La Sociedad del espectáculo”.
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